Para brillar con luz propia, complemento fetiche y lleno de personalidad, el collar protagoniza la temporada.
¿Qué hubiera sido del famosísimo Diamante Taylor-Burton sin un collar donde Liz pudiera mostrarlo al mundo,como prueba de su grandeza y símbolo de uno de los romances más reverenciados por la mitomanía popular? El collar es un emblema de personalidad y el aderezo principal a la hora de complementar cualquier atuendo.
Emporio Armani continúa apegado a los maxi collares llenos de barroquismo, estética que contagia a Junko Shimada con sus esferas exageradamente blancas para enmarcar el rostro. La maison Dior, por su parte, escoge motivos de lágrimas maximizadas con pedrería, logrando un efecto dramático. Más rapsódica, Anna Sui se deja seducir por el aire aristocrático en un collar de infinito azul.
Krizia y Moschino, de las pasarelas de Milán, nos presentan colgantes con motivos de sus colecciones (en el caso de Moschino, el corazón), que resaltan la movilidad y la informalidad. Paco Rabanne opta por lo contrario, con un metal plateado futurista, mientras que Ermanno Scervino reinventa la hoja de afeitar, tantas veces utilizada, pero con dimensiones exageradas.
Colores, formas y motivos para los collares hay muchos, y las variaciones esta temporada no se hacen esperar. Pero lo importante es llevarlas con personalidad y, sobre todo, con seguridad, sabiendo que se porta el accesorio ineludible para un outfit perfecto.
Para brillar con luz propia, complemento fetiche y lleno de personalidad, el collar protagoniza la temporada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario